miércoles, diciembre 15, 2010

SUEÑO

Estás dormida. Uno, dos, tres chorros de vapor salen por la chimenea antes de que nada se mueva. Depronto, un piñón gira cuarenta y cinco grados y se detiene súbitamente. De algún lugar se desprende una lágrima, que se desliza sobre un tubo de pvc cortado longitudinalmente. la lágrima cae tres pulgadas abajo de tu ombligo, ligeramente a la derecha, -porque nadie es perfecto-. tu pierna derecha se estremece (también lo hace la izquierda) y el estremecimiento empuja a la primera lágrima hacia un nuevo viaje. Rodea tu pelvis, y el sudor que se le junta le ayuda en su camino debajo de tu muslo derecho.

Cuatro, cinco, seis chorros de vapor por la chimenea de acero inoxidable. Cuarenta y cinco grados para una nueva lágrima. Tres pulgadas abajo de tu ombligo, ligeramente a la izquierda, -porque nadie es perfecto- la lágrima emprende camino por tu cintura y tu muslo izquierdo hasta ver de frente a su hermana mayor.


Pongo toda mi fé para que siete, ocho, nueve chorros de vapor, cuarenta y cinco grados de giro del piñón, y medio tubo de pvc dejen que la última lágrima de la noche atraviese tu sexo, lenta, plácidamente, se detenga a degustarte tantas veces como sea posible y le deje a tu cuerpo un sabor a mi alma en la memoria para que cuando despiertes yo esté tan presente como ahora, y tengamos un amor de despiertos, como todos los demás.



LUIS MIGUEL ROLDÁN