jueves, mayo 29, 2014

Un beso grande - Edgar Oceransky





Esta noche me jugaría la eternidad por probar tu boca, sin futuro
Esta noche dejaría de ser quien soy por ser el que tú buscas, el que amanecerá contigo
Tan solo esta noche tu boca es mi porque y yo seré destino
                                                                                                                  Edel Juárez

Ven siéntate a mi lado no quiero hablar de amor
No quiero que te enteres que hay en mi corazón
Repíteme tu nombre con la más dulce voz
Y dime que te mueres por abrazarme amor

Y dame un beso grande
Muy grande, grande, grande
Como hace ya mil labios no había besado yo
Y dame lo que quieras
Y no me hagas promesas que quiero descubrirte
En esta habitación

Hoy no tomes tu tiempo que no lo tengo yo
No quiero convencerte de nada y por favor
No me digas te quiero no me hace falta hoy
Solo quiero perderme en tus ojos de sol

Y dame un beso grande
Muy grande, grande, grande
Como hace ya mil labios no había besado yo
Y dame lo que quieras
Y no le des más vueltas que quiero descubrirte
En esta habitación
Y dame lo que quieras al final de la escalera
Enciérrame en tu cuerpo y no en tu corazón

Norwegian Wood - Sitar Cover

Norwegian Wood - Sitar Cover

https://www.youtube.com/watch?v=a2Nr-4ymv1c

martes, mayo 27, 2014

Del libro de los dias - Fernando Delgadillo





Los sueños son espumas de la mar.
Y hay que poner la capa como el viento venga.
El talento trabaja, el genio crea.
No vuelvas nunca al sitio de tus viejas alegrías.

La concordia alimenta, la discordia nos consume.
Ningún hombre es mejor que su conversación.
Una respuesta suave es la cura para la cólera.
Nunca respondas la pregunta que no te hayan hecho.

Si el ánimo se inclina, son los pies los que resbalan.
Cuenta tus penas a ti mismo, tus alegrías al mundo.
Pon las cosas en su sitio que ellas te darán el tuyo.
Depende en mucho la felicidad del movimiento.
Estudia el poder del silencio.

Corona de la buena voluntad es la humildad.
La herida que es causada por la lengua es incurable.
Siempre el mejor negocio es terminar contento, y
verdad que hiere, es mejor que mentira que te alegra.

Una palabra dicha a su debido tiempo, es como
una manzana de oro en charola de plata.
Un abrazo al encuentro, es mejor que al despedirse,
y nunca es tan pequeño el vicio en el que se reincide.
Se piensa en la salida antes de entrar, y
¡Cuánto de ser feliz, consiste en dar!

Si desgraciadamente tienes que mendigar,
llama sólo a las puertas de las grandes casas.
Cuando las armas están listas, el buen sentido falta.
El mejor compañero ante la adversidad es un libro.
El final es principio en mi canción.
Los rumores son mentiras a medias,
y la lengua del sabio está en su corazón,
y el corazón del tonto está en su lengua.

No sé si siempre pasa esto que canto.
Yo lo aprendo en mi libro de los días.
En éste, me derrumbo y me levanto.
Para saberlo, aún quedará... la vida.

Nimbus-Fernando Delgadillo (letra)





Vengo después de la orilla del mar,
en donde las nubes quimeras del viento
semejan fragatas fantásticas
navegando el cielo azul.

Llevo un desorden de brisa en el pelo
y un rayo primero de luna en la piel,
las olas lavando a la orilla del mundo
me habrán visto bien.

El aire limpio de un viento de mayo
me trajo hasta aquí juntando mis caballos
que pasean tranquilos hasta que un silbido
los llamó a correr.


Y aquí les tienes amantes tonadas
y con aires de mensajeras de fortunas
trayendo presentes de lluvia
cada amanecer.

De algunas temporadas venturosas,
aprendí del amor y el azar desatando
igual que aprendí la constancia
de entonces es que vengo a regar.

Así es como hoy guardo rebaños de nubes
que guío hacia el interior del continente durmiente,
al que baño con blancos rebaños
del soplo de mar.

Hileras de nubes,
caballos del cielo,
manadas de nubes...


Aires de enero y vientos de septiembre,
de sueños risueños de historias de siempre;
yo soy el espíritu que anda despertando
al árbol frutal.

Aguas de marzo y sorpresas de octubre;
quiero ser el manto que limpia y que cubre
de verdín la piedra, al muro de hiedra
y al limón de azahar.

Pero algo de invierno ha soplado en mis notas
y hace tanta falta el agua de mis gotas
que estoy yo temiendo no sean suficientes
para tanta sed.

Yo atiendo los campos pero claman tantos
que nunca termino de dar al quebranto
remedio ni el medio que falta al que empieza
la lluvia a atraer.

Si ven que llevo nuboso el semblante
y evito el encuentro con mi semejante,
no es falta de amor, solo exceso de celo,
no mires mi faz.

Los días así me compongo al ocaso,
cuando el infinito abierto de mis brazos
parecen poder abarcar en un momento
lo que alcanzo a ver.

Hileras de nubes,
caballos del cielo,
manadas de nubes...