lunes, diciembre 26, 2016
sábado, diciembre 17, 2016
martes, diciembre 13, 2016
La noche en la isla
Toda la noche he dormido contigo
junto al mar, en la isla.
Salvaje y dulce eras entre el placer y el sueño,
entre el fuego y el agua.
junto al mar, en la isla.
Salvaje y dulce eras entre el placer y el sueño,
entre el fuego y el agua.
Tal vez muy tarde
nuestros sueños se unieron
en lo alto o en el fondo,
arriba como ramas que un mismo viento mueve,
abajo como rojas raíces que se tocan.
nuestros sueños se unieron
en lo alto o en el fondo,
arriba como ramas que un mismo viento mueve,
abajo como rojas raíces que se tocan.
Tal vez tu sueño
se separó del mío
y por el mar oscuro
me buscaba
como antes
cuando aún no existías,
cuando sin divisarte
navegué por tu lado,
y tus ojos buscaban
lo que ahora
—pan, vino, amor y cólera—
te doy a manos llenas
porque tú eres la copa
que esperaba los dones de mi vida.
se separó del mío
y por el mar oscuro
me buscaba
como antes
cuando aún no existías,
cuando sin divisarte
navegué por tu lado,
y tus ojos buscaban
lo que ahora
—pan, vino, amor y cólera—
te doy a manos llenas
porque tú eres la copa
que esperaba los dones de mi vida.
He dormido contigo
toda la noche mientras
la oscura tierra gira
con vivos y con muertos,
y al despertar de pronto
en medio de la sombra
mi brazo rodeaba tu cintura.
Ni la noche, ni el sueño
pudieron separarnos.
toda la noche mientras
la oscura tierra gira
con vivos y con muertos,
y al despertar de pronto
en medio de la sombra
mi brazo rodeaba tu cintura.
Ni la noche, ni el sueño
pudieron separarnos.
He dormido contigo
y al despertar tu boca
salida de tu sueño
me dio el sabor de tierra,
de agua marina, de algas,
del fondo de tu vida,
y recibí tu beso
mojado por la aurora
como si me llegara
del mar que nos rodea.
y al despertar tu boca
salida de tu sueño
me dio el sabor de tierra,
de agua marina, de algas,
del fondo de tu vida,
y recibí tu beso
mojado por la aurora
como si me llegara
del mar que nos rodea.
P. Neruda
jueves, diciembre 08, 2016
lunes, diciembre 05, 2016
no nos alcanzan las disculpas
ni las calles
ni los silencios son suficientes
ni los parques.
ni las calles
ni los silencios son suficientes
ni los parques.
no encontraremos lugar dónde,
ni momento cuándo,
si tenemos las manos llenas de porqués;
vacías,
como los ojos,
los columpios,
y la silla en mi mesa.
ni momento cuándo,
si tenemos las manos llenas de porqués;
vacías,
como los ojos,
los columpios,
y la silla en mi mesa.
no sabremos decir basta
después de quedarnos solos,
atentos a los pasos tras la puerta
con un eterno nudo en el teclado
y la pantalla en blanco,
medio muerta de asfixia y de asco.
después de quedarnos solos,
atentos a los pasos tras la puerta
con un eterno nudo en el teclado
y la pantalla en blanco,
medio muerta de asfixia y de asco.
no nos alcanzarán las noches,
no nos servirá el hartazgo,
estamos aprendiendo a vivir:
a sanarnos las fracturas,
a curarnos la locura,
a amigarnos con los gatos,
a reírnos de los astros,
a sorbernos trago a trago,
a decir NO -de momento-
a los besos sucedáneos,
a esquivar los argumentos,
a escalar los travesaños,
a no herirnos si los cuentos
llevan guiones ordinarios. @edeljuarez
no nos servirá el hartazgo,
estamos aprendiendo a vivir:
a sanarnos las fracturas,
a curarnos la locura,
a amigarnos con los gatos,
a reírnos de los astros,
a sorbernos trago a trago,
a decir NO -de momento-
a los besos sucedáneos,
a esquivar los argumentos,
a escalar los travesaños,
a no herirnos si los cuentos
llevan guiones ordinarios. @edeljuarez
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