sábado, abril 28, 2018
Aburrabia (aburrido y con rabia)
Querer
y no poder.
Estar
y no ser.
Tanto
espacio y coincidir.
Sincronicidad
coja, simultaneidad sorda, conexión ciega
No
somos secantes ni tangentes.
Somos como
líneas paralelas,
juntos,
sin cruzarnos sin tocarnos.
Explosión
de sentimiento en contención
Contención
de sentimientos en explosión: Implosión de tristeza
Momentos,
símbolos, rituales, palabras, sensaciones, fascinaciones, distintos
sentimientos
Y
lamentas no poder contribuir a ese sentimiento
que
al final se quedó como algo sin nombre, una transgresión, algo abstracto que
llegó a tener peso, pero no forma
solo
el sabor amargo de algo llamado aburrabia
Aburrabia
conmigo mismo
por
ser así, iluso y triste, sin pena, a la antigua
Aburrabia
por tener que devolverme, vació, viendo los rostros, los paisajes, los sitios,
sin ti
Por
querer y no poder
Por
estar y no ser
jueves, abril 19, 2018
triste estado parecido a la locura
Cuánto pesa
existir a tu lado,
en un estado
de amor al que nunca corresponderás
en esta vida, porque llegamos a destiempo.
en esta vida, porque llegamos a destiempo.
Este estado es como un peso en mi existencia
porque ante semejante realidad irrefutable,
termino partiéndome entre dos mundos paralelos,
que luchan entre si, porque busco refugio en el otro,
pero debo vivir en este
porque ante semejante realidad irrefutable,
termino partiéndome entre dos mundos paralelos,
que luchan entre si, porque busco refugio en el otro,
pero debo vivir en este
Es un peso existir porque al estar a tu lado,
debo contener los sentimientos, los gestos,
los pequeños detalles que tienden a brotar
de manera espontánea y natural,
por el solo
hecho de tu presencia-existencia.
"Es tan
bonito saber que usted existe."
Es un peso porque me contengo
como tratando de tapar con las manos,
la fuente de un manantial que brota, espontáneo, natural.
la fuente de un manantial que brota, espontáneo, natural.
Es un peso, porque
se mide en agonía, en cansancio,en contradicciones
Es un peso porque no
hay reciprocidad,
no hay espejo en quien descansar.
no hay espejo en quien descansar.
Es entonces,
cuando no estoy contigo,
que me escapo y habito ese mundo paralelo.
En él, suelen pasar casi las mismas cosas que en este;
que me escapo y habito ese mundo paralelo.
En él, suelen pasar casi las mismas cosas que en este;
en él, hay un Tú,
solo que, en
ese mundo,
Tú me dice que sí.
Tú me dice que sí.
En ese
mundo,
Te miro y tú me miras a los
ojos
y persistes en la mirada,
y persistes en la mirada,
y entro en ese estado emocional que solo se da con la mirada correspondida,
y tengo la certeza de habitar tu alma
y siento una
alegría sincronizada al ritmo de los corazones,
y palpo la calidez del aliento más profundo,
y toco tu existencia entregada, compartida;
nos donamos,
nos recibimos : la sensación de complementariedad.
Es como si toda la existencia fuera concebida para vivir ese instante.
y palpo la calidez del aliento más profundo,
y toco tu existencia entregada, compartida;
nos donamos,
nos recibimos : la sensación de complementariedad.
Es como si toda la existencia fuera concebida para vivir ese instante.
En ese
mundo,
Te toco y tú no rehúyes al
tacto,
a la caricia,
a la caricia,
al pequeño
acto de dejarte tomar las manos,
de sentirte.
de sentirte.
Te dejas
mirar con mis manos.
Dejas tocar tu
forma,
sentir tu calor,
palpar tu textura.
sentir tu calor,
palpar tu textura.
Sentir-te en
el peso de tu cuerpo,
en la calidez de tus manos,
en la suavidad de tu cabello
en la calidez de tus manos,
en la suavidad de tu cabello
en la
energía de tu cabeza,
en la delicadeza de tu cuello,
en la forma de tu mejilla,
en la delicadeza de tu cuello,
en la forma de tu mejilla,
en el
pliegue de tu oreja,
en el arco de tu espalda,
en la redondez te tu vientre,
en el arco de tu espalda,
en la redondez te tu vientre,
en el
volumen
de tus nalgas,
de tus nalgas,
de tus
senos,
de tu costado
de tus labios
de tus labios
En ese mundo,
Te huelo, aspiro tu aliento,
me apodero de tus aromas
me apodero de tus aromas
y me aprendo
tus fragancias,
y hago un inventario secreto de ellas
y hago un inventario secreto de ellas
Almendras la de tu
cabello,
Tiramizú, la de tu cuello,
Macadamia, la del surco de tu espalda,
Tiramizú, la de tu cuello,
Macadamia, la del surco de tu espalda,
Coco, la de tu
ombligo,
Champam, la de tu sexo;
me apodero
de ellas como tesoros robados,
para
evocarte en mi soledad
y como un
lobo rastrearte
y
encontrarte
en el tedio de la cotidianidad,
en el tedio de la cotidianidad,
en el largo
día
en la agónica noche
en la agónica noche
En ese
mundo,
Te oigo, escucho tu voz
y por medio de ella,
a tus pensamientos,
y por medio de ella,
a tus pensamientos,
y me
maravillo por la manera como armas una idea,
y atiendo
tus razones,
y entiendo tus metáforas
y me divierten tus sarcasmos
y me seduces con tus argumentos,
y entiendo tus metáforas
y me divierten tus sarcasmos
y me seduces con tus argumentos,
Palpo las
ondas sonoras de tu risa,
e imagino tu sonrisa y el brillo de tus ojos
e imagino tu sonrisa y el brillo de tus ojos
Oigo tus
pasos, anticipo la emoción
y la alegría de la promesa de verte llegar.
y la alegría de la promesa de verte llegar.
Pero lo que
más me gusta oír, es la cadencia de tu respirar,
sincronizado con el latido de tu corazón
sincronizado con el latido de tu corazón
porque me
dicen que estás viva,
aquí y ahora,
para mí
y te oigo decir mi nombre
aquí y ahora,
para mí
y te oigo decir mi nombre
En ese
mundo,
Te hablo, te nombro,
te llamo de mil maneras,
disfruto cada letra,
cada palabra,
cada frase
te llamo de mil maneras,
disfruto cada letra,
cada palabra,
cada frase
Te digo
“amor mío”
Te digo todo
aquello que en este mundo me trago
Me hablas,
me nombras, como solo tú lo harías.
me nombras, como solo tú lo harías.
Dices mi
nombre y me suena distinto,
como si lo escuchara por primera vez
como si lo escuchara por primera vez
Y me das una
identidad,
me llamas por un nombre secreto,
de la manera única como se llama a quien se ama
y me dices "amor mío",
me llamas por un nombre secreto,
de la manera única como se llama a quien se ama
y me dices "amor mío",
y me muero
de la más inmensa dicha
de la más inmensa dicha
En ese
mundo,
vamos juntos
a esos lugares
en los que te añoro,
en los que te añoro,
en los que te pienso,
en los que te sueño.
Esos lugares
que son tuyos,
que son tuyos,
que son míos
que son de
cada uno,
pero vamos
juntos,
en el que estamos
juntos, estamos juntos, estamos juntos
En este
mundo, me encuentro contigo;
invento
tiempos
Existo en
situaciones que nacen del deseo,
de la
escases,
de la
contención,
de la
carencia
Porque en
esta realidad paralela,
tengo mucho
y carezco de
todo
Al igual que
un pintor,
trazo un
paisaje,
abro puertas a otra dimensión,
abro puertas a otra dimensión,
a un jardín
secreto
donde soy
correspondido
Un lugar
donde los poemas y las canciones tiene sentido
En ese mundo,
cierras tus ojos por mi,
cierras tus ojos por mi,
los cuándo,
se cumplen
los donde,
se encuentran
Así me paso,
alimentando
este triste estado
parecido a
la locura
domingo, abril 15, 2018
el suicida
No quedará en la noche una estrella.
No quedará la noche.
Moriré y conmigo la suma
del intolerable universo.
Borraré las pirámides, las medallas,
los continentes y las caras.
Borraré la acumulación del pasado.
Haré polvo la historia, polvo el polvo.
Estoy mirando el último poniente.
Oigo el último pájaro.
Lego la nada a nadie.
JL Borges
jueves, abril 12, 2018
sábado, abril 07, 2018
ELEGÍA DEL RECUERDO IMPOSIBLE
Qué no daría yo por la memoria
de una calle de tierra con tapias bajas
y de un alto jinete llenando el alba
(largo y raído el poncho)
en uno de los días de la llanura,
en un día sin fecha.
Qué no daría yo por la memoria
de mi madre mirando la mañana
en la estancia de Santa Irene,
sin saber que su nombre iba a ser Borges.
Qué no daría yo por la memoria
de haber combatido en Cepeda
y de haber visto a Estanislao del Campo
saludando la primer bala
con la alegría del coraje.
Qué no daría yo por la memoria
de un portón de quinta secreta
que mi padre empujaba cada noche
antes de perderse en el sueño
y que empujó por última vez
el 14 de febrero del 38.
Qué no daría yo por la memoria
de las barcas de Hengist,
zarpando de la arena de Dinamarca
para debelar una isla
que aún no era Inglaterra.
Qué no daría yo por la memoria
(la tuve y la he perdido)
de una tela de oro de Turner,
vasta como la música.
Qué no daría yo por la memoria
de haber oído a Sócrates
que, en la tarde la cicuta,
examinó serenamente el problema
de la inmortalidad,
alternando los mitos y las razones
mientras la muerte azul iba subiendo
desde los pies ya fríos.
Qué no daría yo por la memoria
de que me hubieras dicho que me querías
y de no haber dormido hasta la aurora,
desgarrado y feliz.
Jorge Luis Borges
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