martes, julio 05, 2011

A CLARA ADRIANA CALDERÓN GODOY


1985

Infinita

Hay un sentimiento en mí que no puedo evitar
No aprendo a no entregarte -corazón-
Te lanzo a una lucha en la que
seguramente llevarás las de perder
y se repetirá así la canción de siempre
en el mismo jardín
y en la misma noche de todos los tiempos

Hay un sentimiento en mí que no puedo evitar
No aprendo a dejar de caminarte -pena-
Me sumerjo en ti de tal manera que
se va quedando la vida
y veré como siempre
el rostro de la mujer infinita y cósmica

Hay un sentimiento en mí que no puedo evitar
No aprendo a vivirte -paciencia-
Siento que voy a estallar en un cielo que
no sé


1991
Medida, sentido y significado

Todo tenía un significado y valía
y hasta la propia vida
todo según tú:
la medida de todo
la vara de todo
de lo cotidiano
de lo sagrado
y de lo profano
todo valía y significaba por ti
y para ti
sólo vivía por ti
y al final…
por la purificación del dolor
tuve que aprender otro significado
por ti
sin ti


Aniversario
“La esencia de la nostalgia
es la certeza de que lo que fue
ya no será”  Milton

3.652 anocheceres y amaneceres
y al final de la última vez
tu imagen
tan real y vívida
poco a poco
día a día
noche a noche
en un recuerdo lejano
pero tan presente
se convierte
y aún me duele
y no me resigno
no quiero aceptarlo
y te conviertes en un fantasma
en nostalgia y certeza
de lo que fue 
no fue
y ya no será
y es esto último
lo que hace que
esa vida (recuerdo)
sea doloroso
como una herida
que nunca sanará
nunca entende

3.652 anocheceres y amaneceres
recordándote
desde el primer instante
condenado a ser solo eso: un recuerdo
¿seré yo tan siquiera un recuerdo para ti?
¿siquiera un fantasma?
un fantasma
algo que laguna vez fue
y ya no es
una nostalgia –lo que eres tu-

3.652 anocheceres y amaneceres
¿qué fui para ti?
no lo sé
ya nunca lo sabré
y ahí esta la esencia del dolor
de la obsesión:
la certeza de que nunca sabré
que lo que fue
si fue
ya nunca será
y mientras tanto
seguirá tu fantasma
la nostalgia de ti
acompañándome
como una sombra
a la que nunca se le ve


No hay amor sin soledad

Aun hoy te recuerdo con tristeza (amargura, frustración)
por lo que pudo ser (deseé que fuera) y no fue
Eres la sombra, la imagen lejana
un recuerdo perdido (de algo que fue)
de una mínima expresión,
la ventanita en el cuadro de Castell
pero lo suficiente para convertirse en lo que aún hoy siento
-lo que fue y lo que es-
Fui feliz con casi nada
y me hundo en la tristeza (amargura y frustración)
como si hubiese sido todo lo posible
lo deseable
lo vivible
lo amable


Nada y todo

seguramente no sabes
que lo poco que fue
bastó para desbordar

unas palabras
una actitud
un gesto
un momento fugaz
fueron suficientes
para que entraras en mi
como el gran amor

unas palabras
una actitud
un gesto
un momento fugaz
que nació
y pasó
y bastó
para que aún hoy
tu recuerdo –color gris-
el dolor
la amargura
tengan en mi vida
el titulo de gran amor
nada y todo



Sumatoria

cuatro sonrisas
dos miradas
una visita
tres caminatas
una compañía
un sentimiento
un enamoramiento
mil esperas
un solo dolor –por siempre-
tres mil seiscientas cincuenta noches sin ti
mi vida recordándote
toda la vida




Fantasma

Un fantasma
Algo que alguna vez fue
y ya no es
Una nostalgia (lo que eres tu)
¿Qué fui para ti?
no lo se y nunca lo sabré

Y ahí está la esencia del dolor
de la obsesión
la certeza de que nunca lo sabré
que lo que fue
si fue
nunca lo será

Y mientras tanto
seguirá tu fantasma
la nostalgia de ti
acompañándome
como una sombra
a la que nunca se ve



Banda sonora que acompaña estos sentimientos:




Recuerdo (Ismael Serrano)

Me levanto temprano, moribundo. 
Perezoso resucito, bienvenido al mundo. 
Con noticias asesinas me tomo el desayuno. 

Camino del trabajo, en el metro, 
aburrido vigilo las caras de los viajeros, 
compañeros en la rutina y en los bostezos. 

Y en el asiento de enfrente, 
un rostro de repente, 
claro ilumina el vagón. 

Esos gestos traen recuerdos 
de otros paisajes, otros tiempos, 
en los que una suerte mejor me conoció. 

No me atrevo a decir nada, no estoy seguro, 
aunque esos ojos, sin duda, son los suyos, 
más cargados de nostalgia, quizás más oscuros. 

Pero creo que eres tú y estás casi igual, 
tan hermosa como entonces, quizás más. 
Sigues pareciendo la chica más triste de la ciudad. 

Cuánto tiempo ha pasado desde los primeros errores, 
del interrogante en tu mirada. 
La ciudad gritaba y maldecía nuestros nombres, 
jóvenes promesas, no, no teníamos nada. 

Dejando en los portales los ecos de tus susurros, 
buscando cualquier rincón sin luz. 
"Agárrate de mi mano, que tengo miedo del futuro", 
y detrás de cada huida estabas tú, estabas tú. 

En las noches vacías en que regreso 
solo y malherido, todavía me arrepiento 
de haberte arrojado tan lejos de mi cuerpo. 

A ahora que te encuentro, veo que aún arde 
la llama que encendiste. Nunca, nunca es tarde 
para nacer de nuevo, para amarte. 

Debo decirte algo antes de que te bajes 
de este sucio vagón y quede muerto, 
mirarte a los ojos, y tal vez recordarte, 
que antes de rendirnos fuimos eternos. 

Me levanto decidido y me acerco a ti, 
y algo en mi pecho se tensa, se rompe. 
"¿Cómo estás? Cuánto tiempo, ¿te acuerdas de mí?" 

Y una sonrisa tímida responde: 
"Perdone, pero creo que se ha equivocado". 
"Disculpe, señorita, me recuerda tanto 
a una mujer que conocí hace ya algunos años". 

Más viejo y más cansado vuelvo a mi asiento, 
aburrido vigilo las caras de los viajeros, 
compañeros en la rutina y en los bostezos.







Penelope (Robi Draco Rosa)

Me despierto en el alba 
soñando no sé qué 
desayuno con lluvia 
y te recuerdo en el café. 

Soñé tu figura lejos, 
esperando en los suburbios del olvido (Penélope) 
y me vi solo, 
zarpando en barcos de oro que llené con regalos para ti 
y luego vi que por celos el mar de mis tormentos, 
se tragaba el barco, 
y aquel loco que era yo… 
y todo naufragó. 

Que lejos tú, 
que lejos yo, 
los escombros de mi vida se deslizan por la lluvia 
recordando a Penélope. 

Me abandono a las olas, 
me escupen del mar. 
Han pasado los años, 
nadie sabe dónde estas. 
Las calles desiertas por la noche 
y tu cara se dibuja en mi memoria 
Los árboles, se abrazan, 
como bosques de esqueletos 
en la lluvia… mi sueño naufragó. 

Que lejos tú, 
que lejos yo 
llueven lágrimas de menta y me emborracho de amargura 
olvidando a Penélope. 

Que lejos tú, 
que lejos yo 
los escombros de mi vida se deslizan por la lluvia 
olvidando a Penélope. 
Me refugio en las tabernas y me vuelvo taciturno 
olvidando a Penélope (Penélope) 

Que lejos tú (Penélope) 
que lejos yo 
lo que queda de mi vida lo malgasto en los tugurios 
recordando a Penélope 
lo que queda de mi vida lo malgasto en los tugurios 
recordando a Penélope 
recordando a Penélope (Penélope)





Cómo decirte cuánto te amo







Cómo decirte, decirte que yo te amo 
Decirte cuanto te amo 
Pero no encuentro las palabras 
Hace unas lunas 
Yo siempre sueño contigo 
Siempre sueño contigo 
Pero no encuentro las palabras 
Como decirte 
Que siempre estas en mi mente 
Que siempre estas tan presente 
Pero no encuentro las palabras 
De una cosa estoy seguro mira 
Y es que no tengo palabras 
Para decirte 
Decirte que yo te amo 
Decirte cuanto te amo 
Pero no encuentro las palabras 
Como decirte 
Que siempre estas en mi mente 
Que siempre estas tan presente 
Pero no encuentro las palabras 
Y en mis caminos 
Yo siempre camino contigo 
Siempre camino contigo 
Pero no encuentro las palabras

                                                  (Cats Stevens)

Fragmento del Pequeño Diario

Último día, Marzo 15 11:43 p.m.

Todo cambió y yo ni me di cuenta, adiós febrero, adiós vida mía…

Tú eres un vestigio de mi pasado, el más reciente, el más lejano.

Ya la vida no es la misma, vuelvo a ser un extraño, un nómada, un desarraigado.

Yo nunca me fui, me quedé y de tanto quedarme, solo me quedé… y de no ser por ti, mi vestigio del pasado, la memoria toda habría perdido.

Anoche, en un arranque de nostalgia y de tiempo de sobra, volví a escuchar mi música, mis canciones, que son yo mismo, mi mismo yo, mi identidad, mi propia historia y recordé lo solo que me quedé. Lo solo que me siento, me acordé de ti, de mis amigos ausentes, de los que pensé eran mis amigos y por los que daría lo que sea. Me acordé que aquí me quedé, nunca me fui, todos se fueron, excepto tu.

Mi vida cambió, me he vuelto un funcionario, condenado a un horario, a una rutina, rodeado de gente desconocida, sin referentes, sin nada ni nadie, excepto tu, mi vestigio del pasado. Tu, mi recuerdo a veces lejano.

Ya no tengo a quien escribir, ya nada ni nadie me inspira, volví a invernar, a dormir; mi corazón, la bestia, fue sosegado. la fiera de dolor –que es mi corazón- una vez más fue derrotada, sin pena ni gloria. El demonio desatado, sentimiento antiguo y doloroso, volvió a ser consumido y devorado yo con él.

Anoche, cuando escuché las canciones en las que dejé rastros de mi vida, me sorprendió no tener un rostro que imaginar mientras escuchaba, la cabeza y el corazón vacíos otra vez. Ese es el castigo, volver a estar en paz, la paz de los muertos. El corazón convertido en tumba. Me siento tranquilo, pero muerto, un espectro, una sombra en la que ya ni los recuerdos habita.

Un funcionario que se sienta once horas al día en una silla a vegetar, a vivir como una persona decente, trabajando, ganándose la vida –muerte- dejando que el tiempo pase sin dejar rastro de nada y de nadie, ya ni siquiera de ti, mi vestigio del pasado, que poco a poco se diluye.

Nunca tomaste en serio mi invitación. ¿Y sabes algo? Eso me ha dolido, pues nunca quise entender lo evidente de tus razones. Pero bueno para mí eso ya es un acto inútil, “jamás será”, es ahora mi lema. A partir de este momento abandono esa frase que decía: “algún día será”. La dejo porque nada es para siempre. Ya no te espero. Ya se impuso el verdadero fondo, aunque la forma siga siendo la misma. De todas maneras, me quedo con lo más hermoso que tienes: tu amistad y lealtad. Fuiste la última, la que se quedó, la que aún sigue a mi lado, aunque con el tiempo contado, aún así eso te lo agradezco y significa mi amor y amistad incondicional.

Por ahora dejaré que el tiempo y la rutina hagan su efectiva labor. Que sigan transformándome en un ser normal, en un hombre de bien, maduro, tranquilo, estable y adulto. Asumiré el rol que el destino me dio y que el mundo espera de mí. Venció la razón, ya en este mundo los románticos, los amorosos sobramos. Mis canciones se quedarán en el olvido, ya no tienen sentido, no tienen destinatario, ya no hay dirección ni rumbo. Por eso me sorprendo al escucharlas sin rostro, sin sentimiento, sin piel ni aroma. Me entristece dejar todo eso, como si no hubiese sucedido.

De todas maneras, aquí sigo porque tú también sigues.

No sabes cuánto te he querido.