A veces cuando pienso en ti y me doy cuenta que hace tiempo no te veo o no sé de ti, de tu vida, de tus cosas. Que tu querida imagen, tus gestos , tu mirada, a lo que suenas, y el contacto con tu piel ya son extraños.
Surge en mi una sensación tramposa, que me lleva a posponer la búsqueda que me acercaría a ti, una sensación, basada en la ilusión que aún queda mucho tiempo para hacerlo y aplazo el encuentro.
Y mientras tanto, el tiempo, bólido implacable, pasa raudo, hace su trabajo tenaz, nos marca, nos hiere, va descontando las posibilidades y las probabilidades. De igual manera, las circunstancias a las que nos vemos expuestos en un mundo feroz, y que de vez en cuando, nos ponen al límite sin que nos demos cuenta, cobran por adelantado su cuota de dolor
Es en ese momento, al hacer balance que me doy cuenta de lo mucho que pudimos haber hecho, compartido o vivido. Por eso amigo mío, amigas mía, padre y madre mía, hijo, hija mía, amado y amada mía, quiero encontrarte, mirarte, abrazarte, besarte, decirte, vivirte hoy... hoy que aún podemos hacerlo
hoy porque mañana no existe,
porque el día es hoy
el día es hoy
es hoy
hoy
Letra de la canción:
Aprendí de la guerra
que nunca habrá un vencedor
que quien vence pierde una derrota
y quien pierde gana un gran temor
Aprendí de la gente
que de todos puedo aprender
que del sabio aprendo a ser un sabio
y del tonto a no ser como él
Pero lo que no he aprendido aún
es pintar tu cielo gris de azul
sentir las ganas de morir
porque hace tiempo ya las calles se han quedados solas