martes, agosto 29, 2017

Broken

No importa lo que te haya dicho.
Lo único cierto es que desde que se que no te voy a ver
ando entumismado,
no porque te piense a toda hora y lugar
sino porque cuando me acuerdo de ti,
brota un sentimiento de caída
en algo que eres tu,
una densa profundidad
donde las formas no son lo que parecen,
donde se distorsiona la realidad
porque no es la que quisiera,
sino la que es producto de tu raciocinio,
tu irraciocinio,
tus temores,
tus fantasmas,
tus padres y jueces
Me haces falta.
Recuerdo tu forma,
el tacto de tu mano en mi mano,
flácida-sin tono y sin voluntad,
bloqueando cualquier asomo de de respuesta natural,
como la aprehensión quedando solo la aprensión.
Tu oreja y ojos que encierran una mirada que escucha para responder,
hacen un esfuerzo por no dar rienda suelta a algo que presiente familiar y añorado, 
algo que suena como el crepitar de una fogata que calienta y da luz,
en la que se intuye algo buscado hace tiempo
y de repente, cuando voy a tocar
y palpar tu alma mirándote en lo más hondo de tus ojos,
me despiertas como de un sueño,
esquivando la mirada
y haciéndome volver en sí,
en razón
en realidad.
Trato entonces inútilmente recordar algo que presentía hermoso
y brota en su lugar un sentimiento de pérdida.
Perdida de algo que nunca tuve
pero que alcancé a sentir a flor de piel,
como el aliento de un beso deseado,
como un roce de labios,
como un suspiro acompañado de un cerrar de ojos,
porque se sabe la presencia de algo añorado y encontrado… y perdido 
en una bruma de la que brotan sonidos de la realidad,
junto al crujir de una rama que se rompe:
el corazón
Y lo único que queda es un sentimiento
atrapado,
acorralado,
sin diástole,
quebrado
inútil

Poema doble del lago Eden

Nuestro ganado pace, el viento espira
Garcilaso
Era mi voz antigua
ignorante de los densos jugos amargos.
La adivino lamiendo mis pies
bajo los frágiles helechos mojados.
¡Ay voz antigua de mi amor,
ay voz de mi verdad,
ay voz de mi abierto costado,
cuando todas las rosas manaban de mi lengua
y el césped no conocía la impasible dentadura del caballo!
Estás aquí bebiendo mi sangre,
bebiendo mi humor de niño pesado,
mientras mis ojos se quiebran en el viento
con el aluminio y las voces de los borrachos.
Déjame pasar la puerta
donde Eva come hormigas
y Adán fecunda peces deslumbrados.
Déjame pasar, hombrecillo de los cuernos,
al bosque de los desperezos
y los alegrísimos saltos.
Yo sé el uso más secreto
que tiene un viejo alfiler oxidado
y sé del horror de unos ojos despiertos
sobre la superficie concreta del plato.
Pero no quiero mundo ni sueño, voz divina,
quiero mi libertad, mi amor humano
en el rincón más oscuro de la brisa que nadie quiera.
¡Mi amor humano!
Esos perros marinos se persiguen
y el viento acecha troncos descuidados.
¡Oh voz antigua, quema con tu lengua
esta voz de hojalata y de talco!
Quiero llorar porque me da la gana
como lloran los niños del último banco,
porque yo no soy un hombre, ni un poeta, ni una hoja,
pero sí un pulso herido que sonda las cosas del otro lado.
Quiero llorar diciendo mi nombre,
rosa, niño y abeto a la orilla de este lago,
para decir mi verdad de hombre de sangre
matando en mí la burla y la sugestión del vocablo.
No, no, yo no pregunto, yo deseo,
voz mía libertada que me lames las manos.
En el laberinto de biombos es mi desnudo el que recibe
la luna de castigo y el reloj encenizado.
Así hablaba yo.
Así hablaba yo cuando Saturno detuvo los trenes
y la bruma y el Sueño y la Muerte me estaban buscando.
Me estaban buscando
allí donde mugen las vacas que tienen patitas de paje
y allí donde flota mi cuerpo entre los equilibrios contrarios.
                                                           Federico García Lorca

miércoles, agosto 23, 2017

A través

Doblo la página del día,
escribo lo que me dicta
el movimiento de tus pestañas.

Mis manos
abren las cortinas de tu ser
te visten con otra desnudez
descubren los cuerpos de tu cuerpo
Mis manos
inventan otro cuerpo a tu cuerpo.

Entro en ti,
veracidad de la tiniebla.
Quiero las evidencias de lo oscuro,
beber el vino negro:
toma mis ojos y reviéntalos.

Una gota de noche
sobre la punta de tus senos:
enigmas del clavel.

Al cerrar los ojos
los abro dentro de tus ojos.

En su lecho granate
siempre está despierta
y húmeda tu lengua.

Hay fuentes
en el jardín de tus arterias.

Con una máscara de sangre
atravieso tu pensamiento en blanco:
desmemoria me guía
hacia el reverso de la vida.

                             Octavio Paz
MÁS POEMAS DE OCTAVIO PAZ


Vicente García – Te Soñé

jueves, agosto 17, 2017

Dos formas del insomnio

¿Qué es el insomnio?
La pregunta es retórica; sé demasiado bien la respuesta. 
Es temer y contar en la alta noche las duras campanadas fatales, es ensayar con magia inútil una respiración regular, es la carga de un cuerpo que bruscamente cambia de lado, es apretar los párpados, es un estado parecido a la fiebre y que ciertamente no es la vigilia, es pronunciar fragmentos de párrafos leídos hace ya muchos años, es saberse culpable de velar cuando los otros duermen, es querer hundirse en el sueño y no poder hundirse en el sueño, es el horror de ser y de seguir siendo, es el alba dudosa.
¿Qué es la longevidad?
Es el horror de ser en un cuerpo humano cuyas facultades declinan, es un insomnio que se mide por décadas y no con agujas de acero, es el peso de mares y de pirámides, de antiguas bibliotecas y dinastías, de las auroras que vio Adán, es no ignorar que estoy condenado a mi carne, a mi detestada voz, a mi nombre, a una rutina de recuerdos, al castellano, que no sé manejar, a la nostalgia del latín, que no sé, a querer hundirme en la muerte y no poder hundirme en la muerte, a ser y seguir siendo.
                                                                                            Jorge Luis Borges

lunes, agosto 14, 2017

Andrés Suárez y Elia Velo - Peor para el Sol (Joaquín Sabina)

Laura Avellaneda / Última Noción de Laura

Usted martín santomé no sabe
cómo querría tener yo ahora
todo el tiempo del mundo para quererlo
pero no voy a convocarlo junto a mí
ya que aún en el caso de que no estuviera
todavía muriéndome
entonces moriría
sólo de aproximarme a su tristeza 
usted martín santomé no sabe
cuánto he luchado por seguir viviendo
cómo he querido vivir para vivirlo
pero debo ser floja incitadora de vida
porque me estoy muriendo santomé 
usted claro no sabe
ya que nunca lo he dicho
ni siquiera
esas noches en que usted me descubre
con sus manos incrédulas y libres
usted no sabe cómo yo valoro
su sencillo coraje de quererme 
usted martín santomé no sabe
y sé que no lo sabe
porque he visto sus ojos
despejando
la incógnita del miedo 
no sabe que no es viejo
que no podría serlo
en todo caso allá usted con sus años
yo estoy segura de quererlo así 
usted martín santomé no sabe
qué bien qué lindo dice
avellaneda
de algún modo ha inventado
mi nombre con su amor 
usted es la respuesta que yo esperaba
a una pregunta que nunca he formulado
usted es mi hombre
y yo la que abandono
usted es mi hombre
y yo la que flaqueo 
usted martín santomé no sabe
al menos no lo sabe en esta espera
qué triste es ver cerrarse la alegría
sin previo aviso
de un brutal protazo 
es raro
pero siento 
que me voy alejando
de usted y de mí
que estábamos tan cerca
de mí y de usted 
quizá porque vivir es eso
es estar cerca
y yo me estoy muriendo
santomé
no sabe usted
qué oscura
qué lejos
qué callada
usted
martín
martín cómo era
los nombres se me caen
yo misma estoy cayendo 
usted de todos modos
no sabe ni imagina
qué sola va a quedar
mi muerte
sin
su 
vi
da.
- Mario Benedetti

Después de las fiestas (fragmento)

qué hermoso era saber que estabas 
ahí como un remanso, 
sola conmigo al borde de la noche, 
y que durabas, eras más que el tiempo


                                          Julio Cortázar

miércoles, agosto 02, 2017

"Un poema comienza como un nudo en la garganta, una sensación de mal, una nostalgia, un mal de amor."
                                                                                                                                                                 Robert Frost