jueves, abril 05, 2012

El desierto

Antes de entrar en el desierto 
los soldados bebieron largamente el agua de la cisterna. 
Hierocles derramó en la tierra 
el agua de su cántaro y dijo: 
Si hemos de entrar en el desierto,
ya estoy en el desierto.
Si la sed va a abrasarme,
que ya me abrase.
 
Ésta es una parábola. 
Antes de hundirme en el infierno 
los lictores del dios me permitieron que mirara una rosa. 
Esa rosa es ahora mi tormento 
en el oscuro reino. 
A un hombre lo dejó una mujer. 
Resolvieron mentir un último encuentro. 
El hombre dijo: 
Si debo entrar en la soledad
ya estoy solo.
Si la sed va a abrasarme,
que ya me abrase.
 
Ésta es otra parábola. 
Nadie en la tierra 
tiene el valor de ser aquel hombre. 



Jorge Luis Borges

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