domingo, febrero 11, 2018

Carta a Maclovia


“Muy querida Maclovia, estoy en la escuela para merecerte.
Cuando voy a pescar no hago más que acordarme de ti.
Teniéndote cerca no puedo verte.
El otro día, vi tu sombra. Pasó tan junto a mí que la sentí crecer y metérseme en el corazón.
Entonces supe por qué Dios le dio sombra a nuestros cuerpos.
Pa’ poder mirar la tuya cuando pasa, Maclovia.
Te veo siempre, siempre a toda hora y en todas partes; con los ojos de acá dentro.
Te veo y oigo en el canto de los pajaritos, en el viento cuando sopla en la Laguna, en el Sol, en las estrellas; en todo aquello en que nadie me puede impedir que te vea. Y te oiga.
Yo sé que tú estás muy alto, y que yo no te merezco.
Pero qué culpa tiene el pobre árbol reseco de enamorarse de la luna.
Verdad que duele mucho quererse tanto, Maclovia… Como si tanto amor no cupiera en uno. Por eso duele.
Estoy muy triste. Pienso en ti”.
Fuente: De la película Maclovia, (1948) 

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