Tu cuerpo es
mar abierto,
paraíso
fascinante
para el bañista
ocasional que te contempla,
para el que
teme entrar en tus aguas
profundas y
templadas,
por el
creciente miedo
al placer de
perderse en ellas,
de tomar
como única salida tus pechos
redondos y
salados,
y aferrarse
a ellos como tablas salvavidas.
Tu cuerpo es
mar abierto,
y yo la
playa que bordeas,
no has hecho
más que marcarme
delimitar mi
espacio,
y llevarte a
trozos mi cuerpo, mi paciencia,
con el
pretexto de tener un muelle lejos
no quieres
jugar con mis arenas
no dejas que
a tu espuma
la absorban
mis entrañas
ni que sea
yo quien detenga
por momentos
tu marcha.
Si en cada
extremo eres distinta
porque
insistes en no quedarte,
a los
muelles el amor
llega como
los barcos,
a las playas
la pasión
como marea...
Edel Juárez
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