domingo, noviembre 11, 2018

El puñal

Dios Tiempo, tú que lo has creado todo
las causas y las consecuencias,
los grandes poetas, los embriones
de poetas
y los poetas fallidos.
Tú que has creado el insomnio
y los opiáceos y que
creaste el vino, el aguardiente
y el corazón humano.
Concédeme este último deseo:
Llévate el dolor y el tormento
pero no me quites el recuerdo
de su cara, de su aliento,
de su ingenio.
De su bondad.
Cauterízame la herida pero
déjame el puñal,
Permíteme olvidarla
sin olvidar.
Qué audacia la de escribir
una poesía
¿Acaso la soledad
se ensaña conmigo más que
con el preso, el huérfano
o el suicida?
Este no es un poema
Es una súplica al único
Dios que existe
Dios Tiempo te pido lo imposible
puesto que logras siempre
lo improbable. 
Sé sin ser
Pasa sin turbar
Cauterízame la herida pero
déjame el puñal,
Permíteme olvidarla
sin olvidar.
Lo he intentado todo
el alcohol, la peregrinación
y el llanto.
El hambre es un escozor
que se instala en la tripa
a la derecha de donde se apuntala
mi dolor de amor.
Dios Supremo
No me despojes de las alegrías
y los días
que junto a ella pasé.
Mátame sin morir
Cambia sin mutar
Cauterízame la herida pero
déjame el puñal,
Permíteme olvidarla
sin olvidar.
                               
                                      Gustavo Carvajal

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