Alerta,
como un soldado en una garita
desnudo,
como un chiquillo recién nacido
crispado,
como las manos de un trapecista
planchado
como los trajes de los domingos.
Me
defiendo como gato panza arriba
sin
llegar a distinguir a mi enemigo,
y me
enredo con los hilos de tu vida
y me
enfrento a un inventario de castillos.
Y a
veces se me olvida que solo soy espectador
a
veces las canciones se convierten en ceniza
y el
corazón hundido en un bolsillo de mi pantalón
y la
ciudad palpita con horario de oficina.
Camino
con los cordones desabrochados
enfilo
algún bar abierto al doblar la esquina
presiento
la luz dorada de un escenario
pero
las cosas del alma no se adivinan.
Me
despiertan las noticias en la radio
y me
abruma la locura de los días
y me
aprendo de memoria el calendario
las
maneras de vivir son solo mías.
Y a
veces se me olvida…
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