miércoles, enero 25, 2017

Ejercicio de piano con amapola de siete a nueve de la mañana

Sobre la quemadura de la amapola 
aplícate jazmines, que eso la cura; 
si acaso fuese grave la quemadura 
usarás la camelia, pero una sola.
Cuando el cielo en verano se tornasola 
y ni una nube vaga de cruel blancura, 
y el hastío te invade como una impura 
serpiente que te aprieta y asfixia y viola,
búscate una muchacha que toque viola, 
siempre que de ella sea la partitura, 
y quémala tú mismo con amapola;
una muchacha fresca, sonriente y pura 
y dale una camelia, pero una sola, 
si acaso fuese grave la quemadura...

                                   Nicolás Guillén


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