Hoy regreso cansado
no se bien de que sitio,
tus brazos siempre tienen
el por qué y el por donde,
será que la distancia
le hace bien al suicidio,
de alucinar buscando
lo que a veces me escondes,
lo que a veces.
Hoy regreso y tu boca
me parece distinta,
no me acostumbro al como
de tenerte en abonos,
ese modo de andar
despertando a la vida,
suele ponerte hermosa
y a mi un tanto loco,
y a mi un tanto.
Que doblen las campanas
de esta noche perdida,
que se vaya el silencio
repitiendo tu nombre,
porque puedo acortar
de tu distancia a la mía
arrebatándote un beso
para mostrarte al hombre
que ni en sueños te olvida.
Para volver al centro
me hacen falta tus ojos,
y el calor de tus piernas
para seguir con vida,
de una chispa del alma
hasta el último poro,
me recorre tu olor
sin encontrar salida,
sin encontrar.
Que doblen las campanas...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario