sábado, octubre 05, 2013

de las tardes -edel juárez / fernando delgadillo-



Es tu imagen de ayer
Como lo será del mañana
Mariposa de miel
Que exhorta en mis sueños.
Invades mi aliento
Con toda tu sombra,
Que frescas son las tardes
Dentro de tu boca.
Detrás de tus alas mujer,
Detrás de tus alas,
Apenas ayer escondías
Bien tu infancia
Que dulce es saber
Que marcas tú siempre
Lo que un momento
Dude que pasara.
Hoy vuelvo a tu cuerpo
Como a mi recámara
Y bebo tu aroma
De mañana temprana.
No quiero que pase,
No quiero la tarde,
Esa tarde,
En la que dejes de ser la caricia…
La calma.
Hielo deshebra el calor de mis plazas
Te busco y te encuentro
En cada palabra.
                                      Edel Juárez

Hace ya algunas semanas
que me lleva las mañanas 
descifrarte en tu mirada 
y en tu voz 

Que nunca he sabido cuanto 
me has contado y cuanto no 
cuanto solamente lo imagino yo. 

Cuanto tiene de ser cierto, 
el paso a tus parques abiertos 
y a las frescas sombras de 
tu pabellón. 

Luego todo lo respondería 
esa tarde que me des, 
aunque solamente sea 
por una vez, 

De entre amores y distancias 
de entre sueños sin sustancias, 
y entre todo lo que no ha llegado a ser 

Si me dieras una tarde 
para conversar mejor, 
desdibujando las ropas 
con que vistes tu rumor, 

Podría mirarme en tus ojos 
si te asomas hasta mí, 
si te dieras una tarde 
una tarde por aquí. 

Si te tuviera una tarde 
para abrevarme en la voz, 
murmurante de tus fuentes 
una tarde para dos. 

Una tarde para siempre 
por las tardes que no estas, 
por las tardes que no han sido, 
y por las que yo no te vas. 

Una tarde solamente de tu vida, 
tan solo un instante de tu juventud 
una sola de tus horas y salidas, 
al quizás de un mutuo encuentro 
que logremos ver adentro uno del otro 
un quizás que tu volvieras realidad. 

Una tarde que me dieras 
cualquier tarde de este mes, 
para tardarme intentando 
llevarte una y otra vez, 

Aplicando con mis labios 
en tus labios de canción, 
la balada del encuentro 
del verano con la flor. 

Quien te tuviera una tarde 
para andante recorrer 
las veredas, los atajos en 
los campos de tu piel 

Recorriendo amante 
valles, lomas, 
cauces de agua y flor, 
conquistando tus llanuras 
toda una puesta de sol 

Solo dame alguna tarde y yo 
me vuelvo una canción 
en tus labios, 
procurando y sorprendiendo 
por todo el atardecer, 
tu sonrisa más bonita 
si te dejas conocer.

                                                           Fernando Delgadillo

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