domingo, octubre 27, 2013

Luis Eduardo - Aute Las Cuatro y diez



Fue en ese cine, ¿te acuerdas?, 
en una mañana al este de Edén, 
James Dean tiraba piedras 
a una casa blanca, entonces te besé. 
Aquélla fue la primera vez, 
tus labios parecían de papel, 
y a la salida en la puerta 
nos pidió un triste inspector nuestros carnets. 
Luego volví a la academia 
para no faltar a clase de francés, 
tú me esperaste hora y media 
en esta misma mesa, yo me retrasé. 

¿Quieres helado de fresa 
o prefieres que te pida ya el café? 
Cuéntame cómo te encuentras, 
aunque sé que me responderás: muy bien. 
Ten, esta foto es muy fea, 
el más pequeño acababa de nacer. 
Oiga, me trae la cuenta, 
calla, que fui yo quien te invitó a comer. 
No te demores, no sea 
que no llegues a la hora al almacén; 
llámame el día que puedas, 
date prisa que ya son las cuatro y diez

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